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Esta foto del sitio Web de Perfection Foods muestra uno de sus productos más populares. Una ex-empleada nos contó que mientras trabajaba en la planta, ella y su pareja tenían que enrollar 38 unidades cada 6 segundos, y soportar abusos verbales si no lo…

Trabajadores de Perfection Foods Company alegan explotación

Ex-empleados de la planta de producción de aperitivos gourmet Perfection Foods, en North Philly, han presentado una demanda en su contra por haber estado cobrando por debajo del salario mínimo y trabajando más de 72 horas a la semana.

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Ex-empleados de la planta de producción de aperitivos gourmet Perfection Foods, en North Philly, han presentado una demanda en su contra por haber estado cobrando por debajo del salario mínimo y trabajando más de 72 horas a la semana.

Muchos de los empleados que se han unido a la demanda son centroamericanos. Cientos de trabajadores, incluso los que fueron contratados a través de agencias de empleo temporal, podrían verse afectados por los resultados de este caso, aunque el tamaño del grupo de demandantes todavía no refleja la magnitud de este hecho. Por este motivo, los abogados de la división de Empleo de Community Legal Services están intentando contactar con el máximo de empleados y ex-empleados posibles antes de que termine el mes de septiembre.

“Las leyes dicen que mereces recibir el salario mínimo y el pago adecuado por las horas extras sin importar tu estatus migratorio,” dijo Nadia Hewka, una de los abogados procesando el caso. “Incluso a los que quizás trabajaban con un nombre falso, o los que utilizaban un alias, se les debe el pago de todas las horas que trabajaron y de las horas extras.”

¿Cómo es que la gente se queda allí? No entiendo por qué la gente no demanda, por qué la gente no habla. A veces me arrepiento, digo ‘No hablé,’ pero no lo hice porque no sabía nada de aquí, que era que explotaron a uno.

Scarlet (pseudónimo) es una de los demandantes del caso. Vino a Estados Unidos desde Honduras en 2013, y tenía que encontrar trabajo inmediatamente, ya que acumulaba deudas del viaje y también necesitaba enviar dinero a su mamá y a su hija, que  seguían en el campo. El hermano de un amigo le pasó el nombre de Perfection Foods, y muy pronto se encontró trabajando allí cada día, de las 6 de la mañana hasta las 6 de la noche, de pie, en un cuarto helado.

“A las 5 todo el mundo tenía que salir, porque a esta hora llegaba el inspector [de Salud],” explicó. Entonces, los jefes “nos decían que nos fuéramos a la área de los vestidores, donde nos poníamos nuestra ropa de trabajo, y  esperáramos a que él se fuera.”

Nada más ver que el carro del inspector salía del parking, los empleados salían de los baños y los vestidores, fichaban otra vez, y seguían el trabajo hasta las 6, 7, 8 de la noche. Estas horas extras, aunque supuestamente fueran grabadas en el sistema por las tarjetas de marcaje,  nunca fueron compensadas en la cantidad de efectivo que ella recibía en un sobre al final de cada semana: unos $170. Aún si Scarlet hubiese recibido un sueldo básico por trabajar 40 horas a la semana, su salario hubiera sido de $4.25 la hora,  muy por debajo del salario mínimo.

“Todo el mundo se quejaba, ‘Ah, qué poquito saqué, que no me va a alcanzar esto, que ¿qué voy a hacer con eso?’” Scarlet recordó. En cuanto pudo, ella renunció su puesto. “¿Cómo es que la gente se queda allí? No entiendo por qué la gente no demanda, por qué la gente no habla. A veces me arrepiento, digo ‘No hablé,’ pero no lo hice porque no sabía nada de aquí, que era que explotaron a uno.”

En Pennsylvania, el salario mínimo es $7.25 la hora, y las horas extras (o sea, más de 40 horas a la semana) deben ser compensadas con un pago de al menos 150%. Pero en Perfection Foods, no sólo pasó que los empleados no recibían el salario prometido por ley, sino también que sus horarios y deducciones no eran registrados correctamente. Además, Scarlet dice que mientras trabajaba en la planta, era obligada a fichar y desfichar cada vez que tenía que comer o ir al baño.

Es importante que le valoren su trabajo.

Scarlet nunca antes había trabajado en un ambiente industrial, y después de su “muy mala experiencia” en Perfection Foods, se puso nerviosa, “comiéndome las uñas,” al pensar en regresar a tal puesto. Poco después encontró otro trabajo, de limpieza, por el que le pagaban cinco veces más de lo que ganaba en la planta.

Es importante, dijo, “que le valoren su trabajo. La señora [su nueva jefa] nunca me está molestando, nunca, aunque me dé trabajo.”

Sobre el caso, el representante de Perfection Foods, el abogado Bob Burke, dijo que su cliente “niega las alegaciones de los demandantes y se defenderá robustamente contra estos reclamos en la corte.”

Hewka, por su parte, espera que ambos los empleados actuales y los ex-empleados de Perfection Foods se animaran a contactar con su oficina sin temer ningún tipo de represalias. “Si nos llaman, será un placer contestar a sus preguntas.”

Si usted o algún conocido suyo ha trabajado en la planta, puede llamar a Johanna Greenberg, una colega de Hewka que es hispanohablante, al número 215-981-3749.