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Un giro en el lugar de trabajo: Empleadores y empleados no sindicales… ¡cuidado!

Esta semana hay un nuevo giro en la saga continua de las actividades que se llevan a cabo en el lugar de trabajo: los sindicatos y la policía trabajan de la…

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 Esta semana hay un nuevo giro en la saga continua de las actividades que se llevan a cabo en el lugar de trabajo: los sindicatos y la policía trabajan de la mano.  Esto es lo que sucede: en un día normal, los constructores no sindicales se encuentran trabajando cuando se presenta un representante del sindicato quien vigila el sitio.  Empieza a platicar con los empleados y algunas veces hasta les pregunta sobre su situación legal.  Ni siquiera se molesta, como dijo un vocero de la empresa, en platicar con “los blancos”.  En vez, se dirige a los “no blancos”.  Cuando menos lo esperan, aparece la policía y empiezan a hacer preguntas sobre la situación legal de los hombres “no blancos” y todos los que son latinos y no pueden producir documentos que demuestren su situación legal, son detenidos.  Los “blancos” se van a casa para estar con sus esposas e hijos mientras que los detenidos son transferidos a la cárcel en Cork, si tienen suerte, y mucho más lejos, lejos de sus esposas y familias, si no la tienen.

Hace varios años, el trabajo de los representantes sindicales hubiese sido mucho más difícil, ya que en los años de la década de los 70 y 80, los sitios de construcción estaban repletos de trabajadores no autorizados de Irlanda, cuyo aspecto físico era igual al de sus jefes y los representantes sindicales.  Hoy, sin embargo, debido a la gran cantidad de inmigrantes latinos ocupados en la industria de la construcción, las cosas son más sencillas para que, aquellos que creen que un rostro no blanco es igual a un inmigrante ilegal, se aprovechen de una población ya ansiosa constituida por muchas personas que están legalmente en los EE.UU.

Existe una gran ironía en las acciones de los representantes sindicales:  ¿quiénes exactamente creen ellos que son sus miembros?  ¿A quiénes han reclutado activamente para ayudar a aumentar sus filas?  Los inmigrantes, muchos de quienes están tan ilegalmente presentes en el país como aquellos que son el objetivo de sus compañeros síndicos.  Las piedras ya fueron lanzadas y deben dejar de volar por los aires.  De no ser así, los sucesos desagradables que presenciamos la semana pasada en el insensato asesinato motivado por el racismo de Luís Ramírez en Shenandoah, continuarán y se multiplicarán.

¡Ya basta! Pongámosle fin a la destrucción, tanto física como emocional, de la vida humana, y volvamos a situar la lucha en donde corresponde: en los salones del Congreso,  en el regazo de los funcionarios que elegimos para resolver nuestro desastre de inmigración de manera humanitaria.  Si no lo hacemos, nuestro mensaje al mundo será que los EE.UU. realmente es el hogar de los bárbaros, aquellos que temen y matan a los extraños.