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Inmigración: Hay que avanzar la pelota a la media cancha

Hay que estar preparados. Como se está para la lluvia. O la nieve. O el frío. O el calor.     La persona preparada funciona más eficientemente en cualquier…

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Hay que estar preparados. Como se está para la lluvia. O la nieve. O el frío. O el calor.
    La persona preparada funciona más eficientemente en cualquier situación o clima, simplemente porque está lista para encarar lo que venga y como venga.
    Ha llegado la hora de predisponerse para el arribo de una fuerte tormenta política.
    Se avecina un nuevo empuje en la búsqueda por una reforma integral a las leyes de inmigración. Y tras él vendrá el debate y la tormenta política. Espere aguaceros, rayos y centellas. Y un fuerte calor político.
    Y cuando llegue el momento, hay que estar preparados para actuar, para presionar al presidente Obama y al Congreso. Y proceder luego con inteligencia y colmillo político.
     “Hay que avanzar la pelota hacia la media cancha”, sugiere el Dr. Raúl Hinojosa, maestro de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA). Y jugar a la defensiva, atacando a los que propalan información falsa sobre los inmigrantes mientras se buscan formas de lograr mayores avances en una reforma integral a las leyes migratorias.
    Para empezar el periodo de preparación, hay que recordar que el tema migratorio siempre ha provocado en la historia de este país toda una gama de sentimientos tan diversos como descabellados. Despierta en unos los sentimientos más nobles del ser humano. Y en otros saca a la superficie la saña más negra y oscura de la naturaleza humana. Los primeros harán llamados al corazón, los segundos a la entraña.  Y ambos lo matizarán todo con pasión y emoción, cargando de electricidad el ambiente. Y habrá entonces que buscar el medio aceptable, el políticamente cómodo.
    Todo comenzará con un clima imaginario e ideal.
    Unos pedirán una legalización automática y sin condiciones para los aproximadamente 11 millones de indocumentados radicados en el país.
    Otros, en el otro extremo, exigirán la deportación masiva de todos los indocumentados.
    Y después hará su arribo el clima real y pragmático.
    Por un lado, se alzarán voces diciendo que es imposible legalizar a todos los indocumentados y sin ninguna condición o forma de castigo. Hablarán de la inexistencia de un clima político propicio para ese fin.
    Otros, por su parte, señalarán que resultará imposible deportar a todos los indocumentados porque no existen los recursos humanos ni financieros para hacerlo. Tampoco existe la voluntad política o corazón en una gran mayoría del pueblo estadounidense en favor de esa medida.
    Vendrán otros y argumentarán que la economía y el erario público necesitan de las contribuciones de estos trabajadores. Y otros culparán con más intensidad a los indocumentados de todos los males económicos y sociales por los que pasa el país.
    Unos, como el Dr. Hinojosa, opinarán que hay que “atacar todos los argumentos falsos de por qué no podemos hacer una legalización. Resulta absurdo que en una situación de crisis económica no estemos impulsando lo que todo economista sabe, que la inmigración es clave para el crecimiento histórico de Estados Unidos y más hacia el futuro. La legalización es una ventaja económica”.   
 
    Otros argumentarán que los partidos políticos necesitan el voto latino. Los demócratas, por ahora, tienen la mayoría a su favor. Pero los republicanos no pueden seguir enajenando más al voto latino. Sería un acto de suicidio político.
    Aquí, el Dr. Hinojosa opina que hasta ahora los republicanos “no están atacando el tema migratorio con la ferocidad que se esperaba. Están procediendo con mucho cuidado. Todo mundo ve las proyecciones demográficas. Los latinos van a crecer más y no quieren que les echen a ellos la culpa  de un fracaso y tampoco quieren que los demócratas se lleven todo el crédito de una reforma migratoria”.
    El maestro universitario piensa que “hay un grupo de republicanos que está dispuesto a hacer algo bipartidista”.
    No se sabe hasta dónde estén dispuestos los republicanos a proceder con el tema migratorio si de arranque se oponen a una legalización rápida y abierta.
    Pero para ese momento y otros hay que estar preparados. Predispuestos para aguantar la crudeza y crueldad del debate, y preparados para presionar al Congreso y defenderse de los ataques anti-inmigrantes y latinos. Y hay que estar dispuestos a avanzar la pelota poco a poco, si es necesario, pero sin perder de vista el objetivo final de una reforma migratoria integral. Simplemente porque el estado migratorio irregular de millones  de personas tiene que solucionarse, porque no hay otra salida. Y porque la ruta de la legalización ofrece ventajas económicas y políticas que no se pueden ignorar.

J. Gerardo López es un periodista independiente radicado en Los Angeles con tres décadas de ejercicio periodístico diario en español en Estados Unidos. Trabajó durante 27 años en La Opinión, y por nueve años fue el director editorial del diario. Durante cuatro años trabajó en Univision-Los Angeles. Nació en México y obtuvo una licenciatura en periodismo en la Universidad de California en Northridge.