Los Gobiernos de Argentina y Brasil acordaron este viernes aunar esfuerzos en la "ciberdefensa" preocupados por las denuncias
de espionaje estadounidense a ciudadanos de otros países, incluidos
presidentes como la brasileña Dilma Rousseff.

Los ministros de
Defensa de Argentina, Agustín Rossi, y de Brasil, Celso Amorim,
abordaron este asunto en una reunión hoy en Buenos Aires, donde
suscribieron una declaración conjunta.

"Hemos establecido que
antes de fin de año haremos una reunión en Brasilia para intensificar
nuestra complementación en materia de ciberdefensa", dijo Rossi en un
acto en el que otorgó a Amorim la condecoración "Mariano Moreno" en
orden al mérito extraordinario.

El ministro argentino sostuvo
que "este sistema de espionaje que ha existido merece, además de los
esfuerzos individuales que hacen cada uno de nuestros países, una
complementación que permita disminuir las situaciones de
vulnerabilidad".

Por su parte, Amorim señaló que
representantes argentinos viajarán a Brasil para tomar conocimiento de
lo que allí se hace en materia de "ciberdefensa".

"Hay una
invitación para que una misión argentina vaya a Brasil y eso va a
generar el desarrollo de proyectos conjuntos", dijo Amorim, quien afirmó
que ambos países tienen "una gran capacidad de producción de software"
que puede aplicarse a este ámbito.

La semana pasada, tras
reunirse con el presidente de Estados Unidos durante la cumbre del G20
en la ciudad rusa de San Petersburgo, la presidenta Rousseff dijo que
Barack Obama le expresó su compromiso de dar explicaciones sobre los
casos de espionaje.

Este miércoles la asesora de Seguridad
Nacional estadounidense, Susan Rice, reconoció ante el ministro de
Asuntos Exteriores de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo, las "cuestiones
legítimas" generadas por el supuesto espionaje desde Washington a
Rousseff.

"Los Estados Unidos están comprometidos a trabajar
con Brasil para encarar estas preocupaciones", afirmó Caitlin Hayden,
portavoz de Rice en un comunicado.

La reclamación de Brasilia
se apoya en documentos entregados por el excontratista de la Agencia
Nacional de Seguridad (NSA) Edward Snowden al periodista Glenn
Greenwald, que revelan que esa agencia de inteligencia espió las
comunicaciones de Rousseff.

Además, el pasado domingo otros
documentos filtrados de la misma forma indicaron que la empresa estatal
brasileña Petrobras fue otro de los objetivos de los espías
estadounidenses, según un informe del canal de televisión Globo.