LIVE STREAMING
Los escritores también tienen valentía

Los escritores también tienen valentía

MORE IN THIS SECTION

Expectations for Change

Beyond the statistics

Celebrating Year-Round

Community Colleges

Changes in the political

SHARE THIS CONTENT:

 

Gabriel García Márquez   -   Mario Vargas Llosa

Tanto fue así, que uno de ellos le propinó un fuerte  puñetazo al otro, y esto se convirtió en parte de la leyenda que aún rodea la vida personal de dos titanes del “Realismo Mágico” en Latinoamérica, el laureado poeta Gabriel García Márquez (Colombia) y “arquitecto en jefe” de las Letras en español, Don Mario Vargas Llosa  (Perú).

Vargas Llosa, maestro de la más fina sintaxis en español latinoamericano, volcó aquellos dedos que han escrito más de una docena de maravillosas novelas en un puño de dinamita, un varonil puñetazo, que aterrizó justo, con toda la fuerza física del joven que era en ese momento, sobre el rostro de un respetado colega suyo, uno que más tarde lo sobrepasó al arrebatarle primero el más alto honor de la literatura en el mundo: El Premio Nobel.

Sí, el señor Gabriel García Márquez, venerado autor de “Cien años de Soledad”, pudo haber perdido ese día de 1976 su amplia reputación personal, hoy aún más extensa e imbatible en su octogenaria edad.

El incidente, que ocurrió hace más de 33 años, es aún tabú en Latinoamérica.  Prueba reciente de ello proviene de dos escritores que recientemente hablaron a la prensa en Bogotá, Colombia.

Es sencillo: El hecho involucra a dos de los más grandes Hombres de la Letras en Latinoamérica, ambos con muchos amigos cercanos en común en altos círculos de poder, tanto político como económico.

El incidente ha superado décadas sin ninguna explicación.

Uno desearía que los dos protagonistas de semejante altercado, nada común entre hombres de un agudo intelecto y elevada poesía como la de ellos, tuvieran el coraje de salir adelante y explicarlo a sus devotos seguidores, o incluso  llevarlo a la ficción para el deleite literario del resto de nosotros.

No ha sido encubierto, pero se mantiene en la oscuridad en los medio masivos, donde los dos tienen categoría de cardenales en la religión creada por el “Boom literario Latinoamericano”.

Lo poco que ha salido a la superficie indica que sus diferencias no fueron sobre política  (donde ellos públicamente se mantienen  en esquinas contrarias), pero no sorprende que fuera sobre una mujer, una que, en ese momento, era la esposa legítima de Vargas Llosa.

Un asunto más está claro en esta afrenta:

Vargas Llosa tuvo las agallas de asestar un rápido puñetazo; García Márquez ha tenido solamente la discreción de mantener el silencio durante tres largas décadas.

En un intento de psicoanálisis, el escritor contemporáneo Jaime Bayly (autor de “El Cojo Loco”) recientemente indicó que Mario y “Gabo”, sus mayores en su carrera literaria,  tienen en común “una evidente fascinación por el poder” (ambos son amigos personales de presidentes, primeros ministros y, en el segundo caso, de dictadores).

Si Fidel tiene las manos manchadas (La amistad entre Fidel y “Gabo” es legendaria), yo creo que Aznar (ex jefe del gobierno español, y amigo cercano de Vargas Llosa) inevitablemente también”, dijo Bayly al expresar su sorpresa de que semejantes talentosos escritores, sin necesidad de un mecenas, debido a su amplía riqueza y reputación, hayan escogido ser cercanos a Hombres de Poder, una abierta contradicción para artistas de su calibre a quienes se les encomienda la responsabilidad de ser el último bastión de la moral, en una sociedad que automáticamente les otorga a ellos dicho estatus.

Otra escritora y periodista, la mexicana Lydia Cacho, quien no tiene pelos en la lengua, atacó este mes a García Márquez  condenándolo por su más reciente novela (“Memoria de mis putas tristes”), la cual considera cínicamente “complaciente con el abuso de las mujeres” y también con “la pornografía infantil.

Ella ha sido, como resultado de su iconoclasta punto de vista, el centro de ataques virulentos desde las cuatro esquinas.

“Es como si hubiera (de forma implícita) una regla que prohiba que un patriarca como ‘Gabo’ no se pueda nunca cuestionar”, dijo ella mortificada por el veneno contra ella cuando dejaba clara su posición durante una entrevista para una revista en Bogotá.

La mujeres cazan peleas, también, como dijimos la vez pasada aquí.

Es así que un puñetazo de Lydia hoy podría probar ser más mortal, seguro que sí, que el violento de Vargas Llosa de hace 33 años.

  • LEAVE A COMMENT:

  • Join the discussion! Leave a comment.

  • or
  • REGISTER
  • to comment.
  • LEAVE A COMMENT:

  • Join the discussion! Leave a comment.

  • or
  • REGISTER
  • to comment.
00:00 / 00:00
Ads destiny link