“Acudieron para dar a luz y volvieron a casa esterilizadas”.

Esta demoledora frase, que encabeza la sinopsis, condensa en unas pocas palabras la horrorosa realidad a la que durante años se vieron forzadas a enfrentarse un grupo de mujeres latinas en la California de finales de los 60 y principios de los 70. Más de cuatro décadas después de aquello, la directora Renee  Tajima-Peña recupera su injusta historia en el documental ‘No más bebés’, que se emitirá el próximo lunes 1 de febrero en PBS.

Ellas son Consuelo Hermosillo, María Hurtado, Dolores Madrigal y María Figeroa. Las cuatro comparten origen, idioma y una historia de desamparo que se remonta cuatro décadas atrás,  cuando acudieron a Los Angeles County-USC Medical Center a dar a luz. Allí las sometieron a una cesárea de urgencia que finalizó con su esterilización involuntaria o de manera negligente a manos del equipo médico que las atendió.

Algunas no recuerdan haber firmado ningún papel, otras lo hicieron tras el estrés del parto y en ocasiones, tal y como narra el documental, entre amenazas. Otro de los factores que jugó en su contra fue su desconocimiento del idioma.

Tras la intervención, se marcharon a casa con sus bebés, la gran mayoría de ellas sin saber que había sido sometida a una ligadura de trompas que haría imposible que volviesen a quedarse embarazadas de nuevo. Y no tuvieron constancia de ello hasta varios años después, cuando trataron de quedarse embarazadas de nuevo o acudieron a su médico.

La joven abogada Antonia Hernandez, junto con otros compañeros de profesión, llevó el caso a los tribunales (Madrigal v. Quilligan) en el año 1975 con la ayuda de antiguos residentes del hospital.

Una demanda, contra el centro, el estado y el gobierno por lo que se consideró una vulneración de su derecho constitucional a elegir, que se saldó sin ninguna compensación económica para las víctimas y sin una disculpa pública del centro. Sin embargo, si propulsó un cambio en la legislación que estableció que fuese necesario un mínimo de 72 horas tras el parto para autorizar la esterilización o un mayor acceso a formularios en diferentes idiomas. Y más importante aún, sentó precedente en materia de derechos reproductivos de la mujer.