Hace años que los centros educativos del país, a todos los niveles, han convertido a la salud y al buen estado físico de sus estudiantes en una de las prioridades. Sin embargo, si hay un lugar en el que se lo toman especialmente en serio es en la universidad católica Oral Roberts University, de Tulsa (Oklahoma).

Allí, desde su fundación en 1965 desarrollan una estrategia que han bautizado como Whole Person Education, un programa de fitness que requiere a los estudiantes un mínimo de actividad física semanal que deben monitorizar. Antes lo hacían de manera manual, contando las pulsaciones y haciendo cálculos de la actividad física desarrollada; desde el comienzo del pasado semestre, la pulsera inteligente Fitbit lo hace por ellos.

Según anunciaba la propia universidad en un comunicado en su página web, todos los estudiantes de primer año tienen la obligación de llevarla aunque el resto de miembros del centro que quieran realizarlo también pueden hacerlo.

Oral Roberts University no aclara cuánto ejercicio deben realizar sus estudiantes, que reciben calificaciones semanales en función de los resultados; sin embargo, en The Washington Post aseguran que se trata de una media 10.000 ‘steps’ al día y 150 minutos de actividad física intensa (medida a través de su ritmo cardíaco).

Ambas variables son registradas, analizadas y evaluadas por la universidad. Un enfoque que convierte a este centro, según palabras de su presidente William M. Wilson, “la primera universidad del mundo en desarrollar un programa de fitness con este enfoque único”.