Johann Wolfgang von Goethe descansa en Cementerio Histórico de la localidad alemana de Weimar. Oscar Wilde hace lo propio en uno de los campos santos más populares del mundo, el cementerio parisino de Père-Lachaise. Mientras que la tumba de William Shakespeare (acompañada de su último mensaje ¨Buen amigo, por Jesús, abstente de cavar el polvo aquí encerrado. Bendito sea el hombre que respete estas piedras y maldito el que remueva mis huesos¨) está instalada en su ciudad natal, Stratford upon Avon. Un reconocimiento póstumo del que, sin embargo y pese a haber fallecido tan solo unos días después que el autor de ‘Romeo and Juliet’, no goza el considerado uno de los grandes genios de la literatura mundial, el escritor español Miguel de Cervantes Saavedra.

22 de abril de 1616. Unos meses después de publicar la segunda parte de su obra cumbre, titulada ‘El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha’, y enfermo de diabetes fallecía en Madrid el padre de ‘El Quijote’. Su certificado de defunción muestra que fue enterrado un día después, por petición expresa, en el convento de las Trinitarias de la madrileña calle de Lope de Vega. Casi 400 años después, la tumba del autor del libro más editado y traducido del mundo (después de la Biblia), permanece en paradero ‘desconocido'. Una situación a la que el historiador Fernando Prado intenta poner solución de la mano de un proyecto que pretende esclarecer si los restos mortales de Cervantes se encuentran, como revelan unos documentos encontrados en un archivo de la capital, en dicho convento.

Tras varios años de solicitud de permisos y con la ayuda de un equipo encabezado por el antropólogo forense Francisco Etxberria, la búsqueda de la tumba de Cervantes comenzó hace unos meses. Desde entonces, los especialistas centran sus esfuerzos en localizar los restos de un varón de 69 años, con tan solo seis dientes, y la mano izquierda atrofiada y con restos de plomo, resultado de su intervención en la Batalla de Lepanto (incidente que le valió el que probablemente sea su apodo más famoso, ‘El manco de Lepanto’). 

El pasado 25 de enero se producía el primer hallazgo, una tabla de madera con la iniciales ‘M.C’. Desafortunadamente, los análisis forenses determinaron entonces que los restos encontrados no se correspondían con los del escritor ni con los de su esposa. La ausencia de nuevas noticias se rompía hace tan solo unas horas, España se despertaba con la noticia de un segundo hallazgo, unos restos disgregados y ¨en muy mal estado¨ que, según informaciones de la agencia EFE, podrían corresponder a Cervantes. 

Sin embargo, todavía reina la cautela. Fuentes municipales han declarado a diversos medios españoles que ¨el estado de los trabajos del equipo investigador que busca a Cervantes a día de hoy no garantiza que se haya encontrado los restos del escritor¨. Habrá que esperar a los análisis pertinentes para determinar si se ha localizado al gigante o si, como le sucedió a su famosa criatura, se trata, tan solo, de molinos de viento.